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LAS AGROECOLOGIAS COMO PRÁCTICAS POLÍTICAS DE PAZ Y SOBERANÍA ALIMENTARIA: EL CASO VENEZOLANO

Luisa Fernanda Preciado Urbano y Olga Domené-Painenao

Son múltiples los retos que exige la actual situación económica y política que sufre el país, producto de políticas injerencistas como parte del asedio político proimperialista. Una situación que ha provocado, entre muchas cosas, la desestabilización del mercado, afectando el consumo de alimentos, siendo los más afectados los sectores populares. En consecuencia uno de los retos, es constituir un movimiento agroecológico nacional, que permita construir otro horizonte colectivo, transitar a una soberanía alimentaria donde la autonomía de los territorios, de los pueblos, sean potenciado, por eso, fue uno de los objetivos claves del III Congreso Venezolano de Agroecología, celebrado los días 17 al 19 de cotubre del presente año en la ciudad de Caracas.

Cuando las crisis siembran esperanzas

Un gran tema en Venezuela es que la mayoría, más del 95% de la población es urbana y por tanto están sometidos a las lógicas de las grandes industrias agrolimentarias. Una lógica que desdibuja el vínculo con el origen de los alimentos, perdiendo la capacidad de ser soberanos alimentariamente. En este escenario la agroecología nos ofrece la salida: nos reconecta con la tierra.

Pese a los mitos sobre la insuficiente producción alimentaria, en un país solo extractivista, ¿Quién nos alimenta? La respuesta está en observar la cotidianidad. En cualquier esquina vendedores de hortalizas, frutos, tubérculos, aves, quesos y demás son ofertados, al margen de los registros del Estado y por tanto son invisibles. Sin embargos estas agriculturas silentes existen y están produciendo alimentos.

Lo que coloca al descubierto, que en la ciudad en el marco de la crisis, la gente volvió nuevamente al conuco y otra diversad de agriculturas, al trueque de alimentos, a la cayapa, volvieron a las prácticas colectivas de origen campesino-indígena. Se transforman patrones y hábitos alimenticios, donde además, se manifiesta una ruralización simbólica de la ciudad. Esto es lo que se trató de visibilizar en este encuentro, promover el encuentro y el dialogo entre diversas prácticas, entre comunidades, que han rescatado semillas, producido bioinsumos, entre otras actividades, generando redes para transformar esos frutos de la tierra y el mar, en alimentos nutritivos.

III Congreso Venezolano de Agroecología

Desde esa importancia de juntar y articular estas valiosísimas prácticas y procesos, surgen los Congresos desde el 2014, sumando simposios y otros encuentros territoriales. Se celebran congresos en Aragua, Monagas, Falcon, y ahora el III Congreso Venezolano de Agroecología del 17 al 19 de octubre en Caracas. En el marco de una coyuntura, producto de la crisis estructural del sistema capitalista que está acabando con el planeta. Venezuela propone una alternativa, con muchos errores, pero también aciertos, se abren brechas y nuevos espacios. Espacios donde la agroecología florece, los invisibles tienen voz, existen y están haciendo una propuesta diferente, pensando en lo no pensado, a partir de creatividad, la organización organizatica y los conociemiestos culturales.

Entonces esta edición del III Congreso, asumió generar estrategias colectivas que permitan construir un movimiento agroecológico nacional, enfocado primero a aportar soluciones a las actuales tensiones que afectan el sistema agroalimentario nacional, con énfasis en los saberes y conocimientos locales a favor de la soberanía alimentaria, y segundo, en la construcción de nuevos horizontes de combate por la vida, a favor de otros mundos posibles de mayor igualdad social y política.

Más que un congreso, es un encuentro, que va sumando un esfuerzo enorme de organizaciones populares de todo el país, rurales y urbanas. Las cuales vinieron por sus propios medios de 18 Estads del país, donde aportaron , a una cayapa alimentaria, es decir cada quién trajo algo y se comparte. Un encuentro, caracterizado por la construcción colectiva, sesiones entre académicos, técnicos, campesinos, cocineros, pescadores, entre otros diversos actores de los sistemas alimentarios populares. Una actividad que recibió más de 150 trabajos interesantes, donde hemos tratado de apoyar en la sistematización de las experiencias de grupos populares de todo el país.

Una experiencia enriquecedora, uno de los objetivos centrales del congreso ha sido promover la organización, creemos que hay madurez y, existe movimientos. Ahora es necesario fortalecer las conexiones en un nivel más complejo que nos permita el encuentro oportuno y resolver los problemas que nos están afectando, pero más allá, también construir un horizonte diferente.

Además de contar con experiencias valiosas, de procesos agroecológicos de resistencia de las de 40 años como el caso de la Organización La Alianza en en Sanare del Estado Lara, donde más 120 familias producen sus alimentos, semillas, bioinsumos y hoy están apoyando una de las redes de cooperativas más importantes de América Latina que es la Central De Cooperativas Del Estado Lara (CECOSESOLA) produciendo los alimentos para la ciudad pero también para sus comunidades, y como estos otros procesos.

Perspectivas

Muchísimas comunidades poco invisibles les están dando respuesta a un tema alimentario y energético en el contexto político venezolano, dan respuesta a un tema de soberanía alimentaria estratégicamente, movilizando gente de todo el país, comunidades campesinas, afros, pescadores, maestros rurales, maestros urbanos, conuqueros y conuqueras, también de intercambio y mercados alternativos que hacen vida y están dando respuesta al problema de la alimentación en el país.

Por otro lado, también es importante denunciar que en Venezuela hace unos años se ha profundizado el paramilitarismo y demás grupos armados atemorizando a las comunidades especialmente rurales lo cual ha significado un gran impedimento para el fortalecimiento agroecológico en el país, a demás de suponer un escenario de riesgo a los líderes sociales, maestros rurales, juventud rural, panorama conocido lamentablemente en Colombia.

En la disputa por la soberanía, donde Colombia al igual que en Venezuela por distintas condiciones la agroecología nos junta para construir paz, una vida digna, ciudades sostenibles y un campo donde la gente pueda estar feliz, tranquila, resiliente y propositiva.

¡Hagamos real esta juntura, la juntura por la vida, la juntura agroecológica! ¡por las ¡agroecologías populares! por la soberanía alimentaria de los pueblos!


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